Necesidad de una cuota a la inmigración
Erik Haindl Rondanelli economista
- T+
- T-
Erik Haindl
Chile ha estado recibiendo un fuerte flujo migratorio en los últimos años. De acuerdo a un estudio del Banco Central, a diciembre de 2018 el número de inmigrantes alcanzó a 1.396.402 habitantes, o el 7,7% de la población chilena. Como el grueso de los inmigrantes viene a trabajar, el BC estimaba en 991.445 los que se encontraban en la fuerza de trabajo, cerca del 10,5% de ésta.
Uno de los problemas más graves de la encuesta de empleo del INE es que su muestra ignora a los inmigrantes, al estar construida sobre datos del Censo de 2002, fecha en que estos eran una fracción muy pequeña de la población chilena. Ello ha llevado a subestimar gruesamente la verdadera tasa de desocupación. Cálculos conservadores permiten estimar que ésta ronda el 14% de la fuerza de trabajo y no el 7% informado por las cifras oficiales.
El año pasado ingresaron a Chile alrededor de 300 mil personas, lo que implicó un crecimiento de la fuerza de trabajo de 191 mil personas (datos del estudio mencionado). Esto trajo un crecimiento de la fuerza de trabajo de 2,1% solamente por inmigrantes. A lo anterior hay que sumar el crecimiento de la fuerza de trabajo doméstica, que el INE estima en 1,1% anual. La suma, que alcanza al 3,2% de crecimiento de la fuerza de trabajo, implica que hay que crear alrededor de 269 mil nuevos puestos de empleo sólo para mantener la desocupación constante. Esto sólo se podría lograr con altas tasas de crecimiento, lo que no ha sido el caso.
De hecho, el año pasado, con un crecimiento del PIB de 4%, los asalariados hicieron crecer la ocupación en 185 mil personas, de acuerdo a las cotizaciones informadas por la Superintendencia de Pensiones. Los trabajadores por cuenta propia y resto de las categorías cayeron en 13 mil personas, de acuerdo al INE. Es decir, los cesantes aumentaron en 97 mil personas, lo que hizo llegar el total de desocupados a más de 1,2 millones en diciembre pasado.
Para este año y el próximo se espera que continúe el fuerte ritmo inmigratorio. Las autoridades declararon que sólo de inmigrantes de Venezuela se esperan alrededor de 300 mil entre 2019 y 2020. ¡No hay manera de que la economía chilena sea capaz de crear suficientes puestos de trabajo para absorber esta inmigración! Para ello, deberíamos estar creciendo al 6,4% anual.
Los países que reciben un fuerte flujo de inmigración le fijan cuotas. Estados Unidos recibe anualmente un millón de inmigrantes legales, con una población de alrededor de 330 millones. Esto representa un 0,3% de la población. Si Chile fijara una cuota inmigratoria similar en proporción a su población, el límite sería de 56 mil personas al año. Esta sería una cuota razonable, que el país perfectamente sería capaz de incorporar a su masa trabajadora.
El flujo migratorio de los últimos años en Chile sería equivalente a una inmigración descontrolada de más de cinco millones de personas anuales a Estados Unidos. Obviamente, ello produciría un colapso.